Reseña #1: The Raven Cycle (saga)

Título: The Raven Cycle

Autora: Maggie Stiefvater

Tipo: Saga (cuatro libros)

(#1) La profecía del cuervo

(#2) Los saqueadores de sueños

(#3) El tercer durmiente

(#4) El Rey Cuervo

Editorial: SM

Idioma original: inglés

Años de publicación: 2012-2016

Género: fantasía juvenil-adulta

Las portadas de esta saga son sinceramente preciosas. Me gusta mucho la elección de colores, así como el estilo de los dibujos y lo bien que armoniza con las historias. Normalmente no soy muy partidaria de los fondos blancos, pero en este caso creo que funcionan perfectamente. La última en particular es mi favorita. 

Esta saga cuenta la historia de un grupo de amigos en su búsqueda de Glendower, un rey galés durmiente. No obstante, y dado que resumir la tetralogía sin hacer spoilers sería complicado, os dejo la sinopsis del primer libro:

"Cada año, la noche de San Marcos, Blue Sargent acompaña a su madre al camino de los espíritus para ver a los que morirán en los siguientes doce meses. Sin embargo, este año es distinto: Blue, la única de su familia que no tiene facultades adivinatorias, ha visto a uno de estos espíritus, y eso solo puede significar que es su amor verdadero o que lo va a matar. Él se llama Gansey y es el estudiante más rico del colegio privado más elitista de la zona, la Academia Aglionby, cuyo emblema es un cuervo que todos los estudiantes llevan bordado en el jersey. Junto a Adam, un estudiante brillante, celoso del poder económico de sus compañeros; Ronan, un chico con problemas emocionales desde la muerte de su padre, y Noah, el observador taciturno que apenas habla, forman los chicos del cuervo, y están empeñados en descubrir la ubicación de la tumba del último rey galés, Glendower, el Rey Cuervo. Blue sabe que debe mantenerse alejada de ellos, porque los chicos del cuervo siempre traen problemas. Aunque nunca podría imaginarse el siniestro y oscuro mundo que los rodea, donde la magia dejará de ser un juego para convertirse en una amenaza mortal."

Esta saga fue, cuanto menos, una revelación, porque resultó no parecerse en nada a lo que me esperaba cuando la comencé. Son muchos los puntos que querría resaltar, pero empezaré por el estilo de la autora.

Es, sin lugar a dudas, una de las narraciones más envolventes que he leído nunca en el género juvenil. Tiene la agilidad y la ligereza que es habitual en las novelas destinadas al público adolescente y adulto-joven, pero suma además una fina ironía y unos matices poéticos que me enamoraron por completo desde el principio. Hay algo lírico y precioso en las descripciones, algo hipnótico en la construcción de los personajes, algo absorbente en los diálogos, y ese es un detalle que yo aprecio muchísimo. Lo que comenzó siendo solo una saga fantástica juvenil más logró cautivarme por completo gracias, precisamente, a la pluma de Stiefvater. 

Por si esto por sí mismo no fuera poco, me veo en la obligación de destacar también los finales: la autora tiene un talento natural nada desdeñable para cerrar los capítulos y, más especialmente, los libros. Es la reina del cliffhanger, y consigue esto sin despeinarse ni abandonar ese estilo poético de su narración. No puedo poneros ejemplos porque sería hacer spoiler y sé que no os haría gracia, así que vais a tener que creerme.

Es cierto que hay quienes encuentran que la narración de Stiefvater es demasiado lenta a veces, pero personalmente me encantan sus ritmos, así que yo no puedo reprocharle nada. 

La trama en sí es interesante y mantiene un ritmo bastante regular a lo largo de la saga. La fantasía tiene un tono más adulto que juvenil en algunas partes, mezclando lo histórico con la naturaleza. Me pareció, como poco, una idea original, ya que no se ajusta a los clichés de relatos fantásticos que he leído últimamente.

No obstante, si hay algo que merece la pena ser resaltado en esta saga, son los personajes. 

El protagonismo en los libros es oscilante: al principio todo parece señalar que será Blue quien llevará la voz cantante en la historia. Su estrambótica familia se mezcla con sus curiosas habilidades, su carácter vivo y su mente despierta. Se sugiere que Blue será el epicentro de algo grande, y lo aceptas sin problemas porque es un personaje que cae bien. Es rara, pero no hace especial hincapié en ello: lo es y punto. Se viste como le apetece, es consecuente consigo misma, tiene claro lo que quiere y no quiere en la vida y, como cualquier otra adolescente, a veces lo que quiere es solo saber hacia dónde se dirige.

 FanArt de Azeher que podréis encontrar en DeviantArt

Y entonces, cuando ya piensas que Blue será la clave de todo, llega Gansey. Rico, despreocupado, optimista, jovial, amable por naturaleza. Gansey es ese chico que lo tiene todo, pero para quien lo único que importa son los amigos y las respuestas. Tiene una misión: encontrar a Glendower, el rey durmiente que podrá concederle un deseo y, tal vez, la verdad acerca de todas las preguntas que giran en su cabeza. Gansey es bueno, sinceramente bueno y noble, pero su forma de perder el contacto con la realidad a veces le hará ganarse muchos problemas y, en un principio, la desaprobación de Blue.

En este punto, uno podría asumir que el protagonismo es compartido entre ambos jóvenes. Nada más lejos de la realidad, porque aparecen entonces las otras tres voces de esta historia. 

Adam es pobre, infeliz y demasiado inteligente para su propio bien. Es imposible no empatizar con él, con sus desgracias, con su miseria. A donde sus amigos han llegado por apellido, él ha llegado escarbando con sus propias manos, y eso es algo que no se siente capaz de olvidar. Es desconfiado en extremo, pero si hay algo en lo que cree es en Gansey y su sincera bondad.

Ronan, por otra parte, es la tormenta y el fuego. Tras la muerte de su padre, su inestabilidad emocional lo empuja a un perpetuo estado de apática hostilidad, teñida a veces con episodios en apariencia autodestructivos. Los secretos de Ronan, que se irán revelando a lo largo de la saga, no me dejaron en absoluto indiferente. Por otra parte, llama la atención cómo alguien tan pesimista y caótico, llevado siempre a la destrucción, puede haberse ganado el puesto de mejor amigo de un chico como Gansey, destinado a ser luz y grandeza. Hay algo metafórico en su relación a lo que no puedo resistirme.

FanArt de Yahbé Diaz 

Por último, el grupo lo cierra (al menos hasta el cuarto libro con una última incorporación) el silencioso Noah, callado y frágil como un espejismo, de quien me es imposible decir nada sin revelar partes esenciales de la trama.

Todos ellos forman, junto con muchos otros personajes (y estoy en el deber de mencionar al increíble Mr. Gray), el núcleo principal de la saga: sus relaciones son realistas y volátiles, con vínculos de amor y amistad entre los que se entrelazan a veces la desconfianza, la traición o el miedo, pero que no por ello se hacen menos fuertes. Su crecimiento a lo largo de los cuatro libros resulta fascinante, tanto que casi resulta difícil tener favoritismos.

No obstante, a mí no me avergüenza decir que me quedaría con Ronan sin pensármelo.

Una saga de fantasía con una narración preciosa y muy cuidada, una trama original e interesante, un tratamiento de la magia que abandona lo juvenil para acercarse a lo adulto y, sobre todo, unos personajes perfectamente construidos con historias fascinantes; llaman además la atención las relaciones que crecen entre ellos y lo bien que está llevado ese protagonismo cambiante que va de un personaje a otro todo el rato, de forma equilibrada y coherente.

Esta saga es sorprendente, entretenida y esencialmente bonita. Una lectura muy recomendada.